GUINNESS, si si… GUINNESS, la cerveza irlandesa por excelencia!
El fundador de la cerveza fue Arthur Guinness que comenzó inicialmente en Leixlip, en la empresa denominada St. James’s Gate Brewery, Dublín el 31 de diciembre de 1759. Firmó un contrato de arrendamiento de una cervecería abandonada por 9.000 años a £45 por año. En el museo de la Fábrica Guinness de Dublín, se puede ver el contrato de alquiler. Las cervecerías de Guiness fueron pioneras en el establecimiento y mejora continua de controles de calidad.
La cerveza de malta de Guinness se compone de: agua, cebada, malta, lúputo y levadura de cervecero. Se menciona que en su elaboración se emplea el agua procedente de las Wicklow Mountains. Una porción de la cebada es escamada y asada para darle a Guinness su color oscuro rubí y su sabor característico. Es pasteurizada y filtrada.
La cerveza comercializada en barriles contiene ciertas cantidades de nitrógeno así como dióxido de carbono. El nitrógeno es mucho menos soluble que el dióxido de carbono, lo que permite a la cerveza almacenarse en estos recipientes sin que se convierta en una bebida carbonatada. La alta presión del gas disuelto, permite que se formen pequeñas burbujas y al servirse se genere la espuma característica de la Guiness. La cremosidad de la Guinness de barril es debido en parte a su pequeña cantidad de dióxido de carbono y de esta forma se generan pequeñas burbujas debido al uso de gas de nitrógeno a alta presión.
La Guinness se sirve algo fría, con una breve estancia en un refrigerador para que tome la temperatura adecuada. Debido a la naturaleza espumante del nitrógeno debe dejarse reposar tras su vertido un rato antes de que este gas se desvanezca del todo. Esta pausa ha hecho que los anuncios comerciales de la Guinness mencionen como eslogan la virtud de good things come to those who wait. Algunos camareros y dueños de locales han diseñado una especie de marcador que deja en la espuma un simple diseño de un shamrock (trébol) como indicativo de que se ha realizado la pausa adecuada.
La cerveza Guiness de barril se debe servir a 6 °C, mientras que la Guiness extra fría se debe servir a 3,5 °C, según indicaciones de la propia cervecera irlandesa.
Bibliografía: http://es.wikipedia.org/wiki/Guinness